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viernes, 5 de agosto de 2016

Cubos para edificar una Farmacia Saludable 3era. Entrega

    



   

   Todo el personal (farmacéutico, auxiliares, aprendices, entre otros) involucrado en el funcionamiento de la farmacia, incluyendo todos lo que se desempeñan en ópticas, laboratorios, equipos médicos, administración, compras, entre otros, deben poseer competencias de inteligencias emocionales  principalmente aquellos que están en contacto con los pacientes que acuden a la farmacia, es primordial también lograr un ambiente laboral armónico que contribuya al fortalecimiento de las estrategias planteadas por la organización. 

      Un paciente que visita una farmacia porque requiere adquirir un medicamento para un problema de salud puede manejar emociones de esperanza, optimismo, alegría, entusiasmo, felicidad, gratitud, paz y amor. Sin embargo, lo más probable es que maneje emociones de depresión, tristeza, miedo, rabia, víctima, impaciencia, pesimismo o apatía. Por lo que todo el personal que se relaciona con este paciente en la farmacia debe poseer inteligencia afectiva.   

La inteligencia afectiva es la capacidad de dejarse afectar por una persona, idea, objeto, el arte, la música o cualquier otra situación. El proceso se extiende desde la atracción hasta la pasión e incluye la capacidad de iniciar y de terminar el involucramiento. Nosotros gobernamos la extensión, la intensidad y la duración del proceso afectivo. Dejarse afectar por alguien es sentir: sentir profundamente, sentirse conmovido, sentirse conectado, o simplemente sentir. 

La gente se hace afectivamente inteligente por la manera de manejar su proceso de sentir. En la inteligencia afectiva está implícita la capacidad para seleccionar aquello por lo que la persona se va a dejar afectar y hasta qué grado. Esta inteligencia implica el poder empezar conscientemente el proceso de sentir y conscientemente salirse de él. 

En una farmacia saludable, el personal involucrado en el funcionamiento de la misma, pueda empezar conscientemente el proceso de sentir profundamente, sentirse conmovido, sentirse conectado o simplemente sentir amor por ese paciente, con un problema de salud que acude a la farmacia adquirir un medicamento y lograr aliviar las emociones de depresión, tristeza, miedo, rabia, víctima, impaciencia, pesimismo o apatía y crear un ambiente de apoyo para él y que éste personal conscientemente pueda salirse de ese proceso y que el paciente pueda saborear la importante labor de la farmacia, más allá de la técnica. 

Para iniciar este proceso como obsequio el libro de las emociones de Laura Esquivel: 



Fuentes: 

Elaine de Beauport con Aura Sofia. Las tres caras de la mente. Instituto MEAD.
Laura Esquivel El libro de las emociones.

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